Creo que tenemos una serie inagotable de tópicos sobre Japón y los japoneses. Solo quienes visitan el país detectan el error: no, Japón no es ese sitio mecanizado, triste y violento, donde sus gentes solitarias y aisladas socialmente no hacen sino trabajar sin parar, comportarse como hormigas, expiar al extranjero y copiar a Europa. No, amigos, estamos invadidos de estereotipos vacíos sobre el país del sol naciente. Hay una cosa que sí es cierta: la vida en Japón y el carácter de los japoneses es más extremado que el nuestro. Como en las artes marciales, pasan de la inmovilidad al golpe contundente en un pestañear. Son educados, ceremoniosos y muy amantes de sus ritos y de la familia, pero a la hora de darle a los tambores daiko lo hacen sin piedad. Y no sólo hacen ritmo sin más, no: los ritmos y sonidos de los enormes tambores derivan de una especie de coreografía perfecta, cuyos admirables movimientos de brazos y piernas generan los golpes y sus secuencias rítmicas.
El oído atento
Japón
24/11/2012
59:55