A lo largo de su vida, Jorge Murga mantuvo un amor platónico de una forma harto reservada, un amor secreto que le hostigó cada uno de sus días.
Nuestros investigadores han llegado a saber que el objeto de tan desatado amor atendía al nombre de Paula Goyaz Azagra, una bella bailarina que nunca llegó a saber que aquel huidizo personaje, que fijaba su mirada en ella de una forma extraña, estaba perdidito por ella. La timidez enfermiza de Jorge era tal que le impedía cualquier muestra de afecto: ¿cómo acercarse a ella?, ¿de qué hablarle?... y, en última instancia, ¿cómo conseguir abrazarla...?
La única forma que Jorge encontró de amansar su fuego fue a través de la composición. Una de las piezas más ardorosas y originales del maestro Murga es la titulada "Los números más queridos".