Rainbow: Rising

En su día, este corto trabajo de apenas 30 minutos de duración fue catalogado como el mejor disco en la historia del heavy metal. Todavía es considerado entre las más altas posiciones del género, y es que Ritchie Blackmore estaba en forma. Era uno de los grandes guitarristas, y la operística garganta de Roonie James Dios le dio una resonancia wagneriana que hizo de las canciones de este disco auténticos clásicos.

Sencillamente, un álbum precioso.