"Las empresas están en dificultades, la gente tiene miedo de perder el trabajo y si lo pierde se encuentra aterrorizada con la idea de no encontrar otro. Italia atraviesa un momento socialmente delicadísimo".
Son palabras de la ministra del Interior, Ana Maria Cancellieri, tras un horrendo crimen ocurrido en Roma en el que unos atracadores han asesinado a un hombre de nacionalidad china y su hijo de 6 meses para robarles 16.000 euros.
La responsable de Interior viaja esta semana a Venecia y Bolonia para adecuar los dispositivos de seguridad ante el incremento del malestar social.
En las últimas semanas se han vivido episodios violentos a lo largo de todo el país. En el norte, con la empresa Finmeccanica de Génova, o la construcción del tren de alta velocidad en Turín; en el sur con los enfrentamientos motivados por la autopista de Palermo.
En una entrevista en el diario La Repubblica, la ministra Cancellieri asegura que quiere el país vigilado y que para ello sacará los fondos de donde sea. Sobre todo, incide en la necesidad de mayor actividad de los servicios de inteligencia, mayor colaboración con la Justicia e incluso, en casos de extrema urgencia, la actuación de la Policía aunque no tenga el visto bueno del juez.