El personal de la embajada de España y del Instituto Cervantes en Siria, un total de 13 personas, abandona el país árabe después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación haya decidido suspender las actividades de ambas instituciones ante el agravamiento del conflicto armado. Solo permanecerán en Siria dos diplomáticos, que se incorporarán a la delegación que la UE tiene en la capital y que seguirán prestando protección a los alrededor de 640 españoles, en su mayoría con doble nacionalidad o integrantes de familias mixtas, que han optado por quedarse en el país. Ignacio Álvarez-Ossorio, profesor de Estudios Árabes de la Universidad de Alicante, considera difícil una salida pacífica en Siria debido a la represión brutal que el régimen ejerce sobre la población, que ha provocado más desafectos. "El Gobierno de Bachar al Asad está en una situación cada vez más complicada y aislada, por lo que a su caída solo le falta la fecha", afirma. La ONU, subraya también, puede y debe hacer más, y es lo que espera la población siria. Además, cree que si se garantizara a China y Rusia sus intereses en la región en el tiempo post-Al Asad tal vez modificarían su actitud. Entonces, añade, solo le quedaría a Siria un aliado, Irán, cuya situación tampoco está muy asentada (14/03/12).