Sola ante el peligro. Es la sensación con la que se despierta Italia. Se sabe azotada por el temporal pero se mantiene a flote sin pedir ayuda. Y es la única economía en peligro que navega aún por sus propios medios. Pero esa soledad es sinónimo se temor y recelo continuo.
El sábado, Mario Monti empleó todas sus artes de presión para que el dinero fuera dispuesto a España y éste no conllevara un procedimiento de austeridad semejante al de Grecia. Italia era el siguiente país en la lista del patíbulo. "Después de España", estamos nosotros, dijo el Profesor el sábado por la tarde. Si falla la ayuda española, "las campanas empezaran a sonar a muerto en nuestro país", añadió.
Los bancos italianos figuran entre los más expuestos a Madrid. Por eso, Monti incidió en que España ha acometido ya una buena parte de las reformas fiscales y del mercado laboral.