Hoy entramos en un aula muy especial para escuchar cómo personas adultas aprenden a leer y a escribir. Muchos no pudieron acudir al colegio cuando eran pequeños o lo dejaron muy pronto. Hay diferentes niveles de lecto-escritura pero la maestra, que se desvive con estos alumnos y alumnas tan especiales, sabe cómo adaptar los materiales para cada caso.
Porque hay que adaptar los pocos materiales que existen de alfabetización para adultos sobre la marcha, como lo hacen en este Centro de Educación Permanente del Polígono Sur en Sevilla. Un barrio muy marginado y, en parte también, marginal dónde las familias luchan por salir adelante como pueden. Hay hasta un 25% de analfabetismo en según que zonas pero también hay mucho interés por aprender a leer y a escribir.
En este aula se mezclan muchas generaciones distintas. Entre otros hay una abuela de 85 años que está estupenda y tiene muy buena letra. Se esfuerza y disfruta aprendiendo, igual que su otra compañera de 75 años que en su día no vino a estudiar porque su marido pensaba que a clase iba a otras cosas más feas. O la familia al completo que comparte mesa mientras sigue con atención el dictado de la profesora. Aquí, cada persona es un mundo y hay muchas historias de vida difíciles pero todas con muchas ganas de aprender. A este centro la Unesco le ha concedido el merecido Premio Internacional de Alfabetización por la maravillosa labor que realizan.
También escucharemos en qué consiste el Instituto de Lectura Fácil que ha puesto en marcha la cooperativa Cuarto Sector para que todas las personas entendamos lo que significan leyes, informaciones administrativas, institucionales o de cualquier tipo sin necesidad de ser expertos en la materia. Se trata de universalizar la comprensión de los textos que nos rodean o de encontrar un trabajo como manipulador de alimentos, por ejemplo, gracias a un manual que aplica la lectura fácil haciéndolo, así, comprensible para todos.