Entramos en los talleres de Navantia, en los astilleros de San Fernando en la bahía de Cádiz, dónde se hizo el Fortuna o buques emblemáticos de la armada española y extranjera. Eran los buenos tiempos porque hace ya siete años que no hay prácticamente actividad salvo las 12 lanchas de desembarco que están construyendo para la armada australiana. Esperan como agua de mayo nuevos pedidos que parece se están acabando de cerrar. Pero mientras no se firmen los contratos, los astilleros recuerdan la película Los lunes al sol, de Fernando León de Aranoa. Los trabajadores que habitan los talleres sin actividad rezuman nostalgia del tiempo vivido cuando se pasaban días enteros sin ir a casa para entregar a tiempo los barcos.
Se han manifestado en varias ocasiones para presionar y que se firmen los contratos. La mayoría lleva no menos de 25 años en los astilleros, son profesionales como la copa de un pino que se adaptan a todo. Empezaron como aprendices y cada uno se ha especializado en un oficio. Ahora están esperanzados porque al parecer después del verano se podría reiniciar la actividad.