Esta semana entramos en un festival diferente: Encuentros Concentrados. Todo ocurre en el hostal La Caja Habitada convertido en un espacio escénico dónde se podrán ver y escuchar doce micropiezas de muchos colores repartidos por la cocina, la terraza o las habitaciones. Punto de encuentro es el hall del hostal.
Hemos visto algunos espectáculos y hemos hablado con sus artistas. Y todos coinciden en lo difícil que es vivir del arte. De hecho, la mayoría de los creadores de este festival llegan justos a final de mes, cuesta pagar el piso todos los meses en ocasiones. Pero también tienen rachas buenas que compensan con las más flojas. La lucha es diaria, reconocen. Pero la vocación va por delante y tienen claro su apuesta en esta vida. Incluso si hay que hacer otras cosas para poder llevar a cabo sus piezas, sus obras escénicas.
En un festival así, pequeño pero acogedor, se comparte de cerca el arte de cada uno de estos artistas y la ilusión con la que se entregan a su puesta en escena. Son jóvenes promesas en muchos casos, otros ya reconocidos en su ámbito. Y todos con mucho arte y una explosión de creatividad porque se sienten libres en festivales como éste, dónde son elegidos por sus propias obras hechas especialmente para espacios peculiares y reducidos como es un hostal en este caso.