Escuchamos cómo suenan las entrañas de unas mujeres que llevan una vida luchando por sentirse respetadas, queridas y valoradas. La vida les dejó en la calle, sin hogar y sin familia también, pero ahora están resurgiendo de nuevo gracias al teatro y a la Fundación Rais que trabaja con personas sin hogar. Son ellas, Mujereando. Así se llaman y todo lo que sacan al escenario lo hacen a gritos, con el alma y el corazón roto en muchas ocasiones. Pero ahí siguen, luchando cada día porque para ellas el teatro es su mejor terapia. Ahora están pariendo la obra El quejío de una diosa. Son sus propios quejíos y sus propios deseos también, como las diosas que merecen ser. Candela, Rosa, Tamara, Rosita, María La Portuguesa, Ekatharine, Mila y Libertad protestan así contra el patriarcado y el trato que han recibido de los hombres en sus vidas, las violaciones, la indiferencia, la violencia de género... Reclaman respeto en clave de mujer. Felicidades a cada una de estas valientes mujeres por salir del hoyo y tener metas en sus vidas que les ayudan a levantarse cada mañana. Gracias sinceras por vuestros testimonios.