Esta semana escuchamos cómo suenan los botes de graffiti mientras se pinta, escuchamos la música que les acompaña y el olor que desprenden los sprays. Hablamos con graffiteros veteranos, que llevan más de una década en este mundillo, y otros más jóvenes que viven el mundo del graffiti como una forma de vida.
Nos acercamos a la exhibición que están haciendo en homenaje a BECÉ, uno de los graffiteros de referencia durante una época importante para este arte en nuestro país que falleció de muerte súbida, dicen, hace ya un tiempo. Es fin de semana y hay más de 10 graffiteros, escritores, que se han acercado a un muro de un pueblo sevillano, Gines, para rendirle tributo a una persona que ha ayudado a muchos de los presentes a descubrir el graffiti.
Han pasado los años y algunos ya son padres de familia que han dejado los botes a un lado pero hoy se han sumado a este encuentro y contribuyen con su firma o su dibujo. Nos revelan cómo era y cómo es hoy en día vivir por y para el graffiti porque muchos siguen enganchados a los aerosoles.