La fundación creada por la activista transexual Manolita Chen dispone de pisos para acoger y ayudar a personas LGTBIQA+ que han tenido que salir de sus casas o de sus países por no ser aceptadas. La mayoría ha sido maltratada y ha sufrido mucho hasta llegar a aquí. Una realidad que, lejos de desaparecer, sigue despreciando al que es diferente.
La semana que viene continuaremos escuchando éste y otros testimonios para conocer cómo funciona una fundación que se sustenta gracias al patrimonio de Manolita Chen pero que se ve desbordada por la necesidad de cobijo seguro y apoyo a esta comunidad. En países como Perú, se acaba de aprobar un decreto que califica a las personas homosexuales como enfermos mentales. En lugar de avanzar, muchos países se está retrocediendo en derechos y respeto hacia estas personas.