Esta semana, nos unimos a una manifestación de pensionistas, hombres y mujeres, abuelos la mayoría, que han trabajado durante toda una vida y ahora tienen que sacar la calculadora para llegar a fin de mes. Muchos tienen a su cargo a hijos en paro, a nietos que dependen de la pensión de los abuelos.
Reivindican que las pensiones mínimas suban hasta los 1.080 euros y que se revaloricen automáticamente en relación al IPC real, entre otras cosas. Porque la lista que han elaborado es muy larga. Los pensionistas están bien informados y tienen las cosas claras. Ya han luchado mucho y han pasado muchas horas en las calles manifestándose cuando ha hecho falta en el pasado. Y no han perdido ese espíritu reivindicativo de defender lo que es de uno. Están indignados y piden que todos los pensionistas del país se manifiesten porque su lucha es por ellos pero también por las generaciones futuras que ven peligrar sus pensiones. Es interesante escuchar sus argumentos porque conocen bien la realidad de la que hablan y tienen datos que reflejan la situación que viven. Se han reunido en Sevilla pero vienen de Córdoba, de Málaga y otras provincias andaluzas.
Reclaman justicia social con sus pensiones, cobrar lo que han cotizado durante todos los años trabajados, recoger las pensiones como un derecho constitucional e incluirlas en los presupuestos generales del estado.