Me uno a una tarde de terapia con los 'Tocados' como ellos mismos se llaman y la psicóloga. Son personas que sufren el Trastorno Obsesivo Compulsivo y se sienten incomprendidos porque les tildan de raros o locos. Por eso, muchos esconden sus manías y obsesiones a sus padres, familiares y a su entorno. En el trabajo son personas más lentas porque les cuesta concentrarse y tampoco se atreven a contar lo que les pasa por miedo al rechazo o al despido, incluso. Cuentan algunos afectados que los trabajos no les duran mucho porque al final sienten la presión del entorno y están deseando que les echen. Una tortura psicológica es la que sufren los tocados.
Escucharemos la terapia, cómo cuentan lo que les pasa y en qué momento se encuentran. Descubriremos que detrás del trastorno hay personas luchadoras que se las ingenian para vivir a pesar de sus manías constantes. Hay hombres y mujeres de todas las edades y cada uno vive su enfermedad de una forma diferente pero todos reclaman COMPRENSIÓN porque ellos son los primeros que hacen lo que está en su mano para controlar esas manías y el respeto y la aceptación de su trastorno les puede ayudar mucho a estar cada día un poco mejor.
Las discusiones, las tensiones o el control excesivo de algunos familiares, sólo fomenta que las manías sean cada vez más. Por eso, es importante escucharles y estar atentos a nuestro entorno para no juzgar ni catalogar a personas que son diferentes a nosotros.
Ellos están tocados por unas manías que no les dejan pensar con tranquilidad y vivir de una forma más relajada. La sociedad no está concienciada con las enfermedades mentales y menos con el TOC porque es difícil de diagnosticar y a primera vista es poco reconocible. Manías, de hecho, tenemos todos. Pero la diferencia está cuando esas manías, esos pensamientos, te condicionan o te limitan la vida.
Nosotros podemos ayudarles a superarlas.