Esta semana pescamos por la noche con los anguleros asturianos en la ría del Nalón, en San Esteban de Pravia. Nos subimos al barco de Félix para ver cómo pesca con el sedazo, también llamado cedazo. Es un pesca tradicional y artesanal, que requiere de mucho esfuerzo físico.
Pero antes de salir a pescar con Félix hablamos con el patrón mayor, con Salvador, y el resto de pescadores que están esperando que sus compañeros que ya han salido a por angulas señalen dónde están pescando. Porque si no hay angulas que pescar, prefieren no salir con el barco. Son muchas las noches de oscuro, que es cuando se puede y debe pescar la angula, que han salido y han vuelto con los sedazos vacíos.
Entre otras cosas, estos hombres de mar que lo llevan en la sangre y tienen la piel curtida, se quejan de que no tienen relevo generacional, sus hijos no seguirán con la tradición. En parte, porque no hay angulas para todos y ya no es un negocio rentable pero también porque es un oficio muy sacrificado y nunca pueden asegurar un sueldo fijo al mes. Probablemente, hemos pescado con la última generación de pescadores de angula.
