Cuando se cumple una semana del secuestro de un grupo de misioneros estadounidenses y sus familias en Haití, todavía no hay datos oficiales. El país caribeño, sumido en una profunda crisis humanitaria y política, vive una oleada de secuestros que aumentan todavía más la inseguridad. Apenas existe ya lugar seguro en el país para menores y mujeres, a merced de las bandas callejeras, que están obligando a miles de familias a abandonar sus hogares, avisa en RNE el responsable de UNICEF en Latinoamérica y Caribe. "Cualquier persona corre el riesgo de ser secuestrado, pero sobre todo los niños que son, obviamente están más expuestos y más vulnerables. Puede ocurrir en cualquier momento del día y de la noche. En la casa, en la escuela o en la calle", declara Laurent Duvillier.
Desde la organización ponen especial atención para las niñas víctimas, además, en muchos casos de abusos sexuales. Faltan recursos, denuncia, para hacer frente al drama de Haití. A día de hoy solo se ha recibido el 30 por ciento de la ayuda internacional comprometida para dar respuesta al terremoto de hace tres meses. Informa Luis de Benito.