El palacio de Versalles ha acogido una reunión informal de los jefes de Gobierno de la Unión Europea. Los líderes europeos se han comprometido en aumentar su gasto militar y convertir a Europa en una potencia militar autónoma. “La agresión de Rusia es un cambio tectónico en la historia de Europa”, dice textualmente la declaración suscrita por los 27 países en Versalles. Con ello, consagran el nacimiento de la defensa europea, ha dicho Emmanuel Macron. También recalcan su compromiso de dejar de comprar combustibles fósiles a Rusia antes de 2030. Incluso, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha adelantado la fecha a 2027. Esta desconexión energética provocará inevitablemente perjuicios sobre la economía europea, por lo que algunos socios, como Italia, piden una emisión de deuda conjunta, un plan posguerra similar al pospademia.
La Unión Europea también ha pactado, junto con el G-7, un cuarto paquete de sanciones a Rusia. Le retiran el estatus de nación favorecida y prometen trabajar para excluirla del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Otra medida contemplaimpedir la venta de bienes de lujo a Rusia. Dicen en un comunicado que se trata de un golpe a la élite del país, a los amigos de Vladimir Putin.
Informa María Carou, corresponsal en Bruselas.