Es una profesión dura, sacrificada y, según los expertos, requiere vocación. Hablamos del pastoreo, un oficio que necesita un relevo generacional y que se está moviendo para conseguirlo. ¿Cómo? Creando escuelas de pastores. La última, en Extremadura, que se suma a las que ya existen en el País Vasco, Asturias, Cataluña, Andalucía y Murcia.
El nuevo perfil del aspirante a pastor es el de un universitario que desea vivir en armonía con la naturaleza y formar microempresas rurales. Lo comprobamos con Enrique Izquierdo, técnico de la cooperativa Cooprado y uno de los coordinadores de la futura escuela de pastores de Cáceres; Batis Otaegi, director del Centro de Formación del Caserío Gomiztegi; Eneko Goiburu, alumno de la última promoción de esta última escuela, y Víctor Manuel Núñez, agricultor y ganadero (23/02/16).