Echate un cantecito es, sin duda alguna, una de las obras mayúsculas de la música española. La creatividad desbordada de aquel Kiko Veneno se encauzó gracias al mejor corrector que podía encontrar
Echate un cantecito es, sin duda alguna, una de las obras mayúsculas de la música española. La creatividad desbordada de aquel Kiko Veneno se encauzó gracias al mejor corrector que podía encontrar: Santiago Auserón, que, ávido por poder encontrar un disco paradigmático de la cultura española, azuzó el fuego de la creación de Kiko. Le metió veneno a Veneno.
Hoy, Echate un cantecito sigue vivo: "En un mercerdes blanco", "Echo de menos", "Joselito", son tonadas populares, que relucen en el cancionero español como el momento en que uno de sus más insignes compositores dio en el centro de su coordenada espacio-temporal. Era su sitio y su momento. Y Kiko no desaprovechó la oportunidad. 20 años después, Kiko Veneno recupera más relajado su legado, sabedor de poseer crédito suficiente