Las nuevas tecnologías están transformando no solo la sociedad, sino el modelo de negocio de muchas empresas, y todo ello gracias al empleo de algoritmos, conjuntos de operaciones ordenadas y finitas que permiten hallar la solución a un problema. De forma gráfica se puede afirmar que los algoritmos son a los datos, lo que una receta de cocina a los ingredientes. Aunque es un concepto relativamente fácil de entender, la cosa se complica si tenemos en cuenta la dificultad que entraña su desarrollo y su traducción a un lenguaje computacional que pueda ser manejado por una máquina.
Como explica Francisco Herrera, catedrático del departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Granada Y miembro de la Real Academia de Ingeniería, los algoritmos desarrollados en universidades y centros públicos de investigación se publican en revistas especializadas y se depositan en repositorios de acceso libre para que puedan ser empleados, adaptados o modificados por otros científicos. Los investigadores no se lucran de su trabajo, aunque los algoritmos puedan ser empleados por multinaiconales. A pesar de ello, Francisco Herrera es partidario del acceso abierto como motor del avance y desarrollo científico, aunque sostiene que las grandes empresas de datos deben pagar sus impuestos en Europa para una más justa redistribución de la riqueza.