La erupción volcánica en La Palma no solo está destruyendo viviendas e infraestructuras sino todo tipo de animales y plantas. La gran mayoría de árboles que arden estos días son ejemplares de pino canario (Pinus canariensis), una conífera considerada símbolo natural de la isla. Hasta hace poco se consideraba una especie resistente al fuego. Sin embargo, estudios recientes dirigidos por Luis Gil, ingeniero de montes y miembro de la Real Academia de Ingeniería, han demostrado que --en realidad-- es resistente a los volcanes.
El pino canario lleva conviviendo con el vulcanismo desde hace al menos 13,5 millones de años y ha desarrollado una serie de adaptaciones a estos procesos. Durante las erupciones --explica Luis Gil--, los árboles se ven expuestos a elementos nocivos como el mercurio; la acumulación de cenizas puede provocar la pérdida de hojas y ramas, y la lluvia de piroclastos puede partir el árbol o causar graves heridas al tronco. A diferencia de los pinos peninsulares, el canario posee un abundante parénquima axial que le permite almacenar grandes cantidades de sustancias de reserva. Y si la copa desaparece, es capaz de regenerarla. Además, presenta una gruesa corteza y gracias a su elevada altura puede seguir viviendo aunque la capa de ceniza se eleve decenas de metros. Otra adaptación al fuego son los conos serotinos que se abren por el calor liberando las semillas. A lo largo de la historia geológica, violentas erupciones volcánicas lanzaron árboles y conos a decenas, cientos de kilómetros de distancia y fue el método empleado por esta conífera para colonizar las islas Canarias.
Esto es ingeniería
El pino canario, resistente al vulcanismo
26/10/2021
05:49