Después de 12 años cerrada, la cueva de Altamira, en Cantabria, volverá a recibir visitantes. Pero será de forma experimental, muy limitada en cantidad de personas y tiempo, y para analizar el impacto de la presencia humana en las valiosísimas pinturas rupestres de esta cueva. Visitas que se encuadran dentro de los planes de conservación y preservación y que tienen una clara vocación científica. Hablamos con el director del Museo de Altamira, José Antonio Lasheras, que nos cuenta como serán esas visitas y los trabajos y métodos que se están aplicando para garantizar el buen estado y la conservación de la cueva original.
Además conocemos en detalle uno de los proyectos científicos: un robot diseñado en la Universidad Complutense de Madrid para medir la reflectancia espectral, cómo las pinturas reflejan la luz. Hablamos con uno de los investigadores que lo ha desarrollado.