Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, vivió en carne propia uno de los episodios diplomáticos recientes más embarazosos durante el encuentro en Ankara con el presidente turco, Recep Tayip Erdogan. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y Erdogan se acomodaron en dos sillones, pero Von der Leyen tuvo que quedarse primero de pie y luego sentarse en un sofá cercano. Las reacciones al hecho perduran e incluso el pleno del Parlamento Europeo ha vivido un debate intenso en torno al llamado Sofagate.
Camino Mortera, investigadora del Centro para la Reforma Europea, con sede en Bruselas, considera que no es sólo una cuestión de machismo, sino que detrás hay una falta de claridad en los cargos europeos y en su peso político, lo que provoca situaciones como la ocurrida en Turquía. (30/04/21)