Así describe Matapadre a su cuarteto cachondo referencial. Toño, Gonzalo, Guillermo y Alejandro se lo pasan muy bien. Tocando, componiendo, girando por salas y sobre todo estando juntos. Tres años, tres discos. Un chorrazo de hardcore, tropicalismo, dub y noise acompañados de sus inseparables cascos de papel albal con los que se parapetan al inicio de cada concierto y que muchas veces no aguantan dos canciones.
No se alargan en los tiempos aunque se van por las ramas en sus composiciones, rock alucinado y bestia, con múltiples cambios de ritmo que te hacen bailar, saltar y dan ganas de reventar algo en sus conciertos brutales.
"Pupitas", "Song de amores", "Almax puro style", "Paracertelamol", "Niños niños futuro futuro", "David contra salsón", "Titichin' totochin", "LK inmunitas"... títulos de sus canciones que esconden anécdotas o chorradas comunes, algunas privadas y otras públicas en las que sintetizan su último año de vida común, como ya lo hacían los títulos del disco 'Hare Krishna' o del más recientemente 'Dalle!'. En definitiva una clara apuesta por pasarlo bien, con la coña de la mano y sin tapujos.
La última canción, de su último disco es un claro reflejo de que no les importan las etiquetas... o sí, de tanto llamarlos post-rockeros decidieron indagar con la canción destinada a cerrar 'Mambotrón', demostrando que no se ciñen a etiquetas y que resulta ser al final uno de sus temas preferidos y que muestra que aún saliéndose de su línea habitual siguen sonando a ellos mismos. Lo más importante en definitiva es que sean ellos, reales, auténticos y sobre todo con muchas ganas de cachondeo porque eso al final es lo que inspiran, ganas de hacer el loco, bailar y no repetirse para así buscar anécdotas con las que puedan bautizar sus futuras canciones.