Hoy no solo tenemos la voz, sino el cuerpo, la inteligencia y la presencia de una poeta de la que hemos hablado en alguna ocasión, una oyente, filóloga inglesa y poeta que nos ha llevado a Venecia y a los pasillos del Louvre, hablamos de Aitana Monzón. Con ella charlamos un buen rato sobre la figura de la gran Emily Dickinson y de cómo la perla y el hilo están siempre presentes en su poesía. Además, nos cuenta Aitana, siempre contiene muchas de las obsesiones que pueblan su poética, como es el tiempo, la luz, la fauna, la casa (lo familiar) pero también lo trascendental (la nada, lo invisible que acecha). El hilo es, continúa, inequívocamente el silencio. Y si de algo sabe Dickinson es precisamente de la contemplación, o de lo que José Ángel Valente en Las palabras de la tribu llamaría poesía meditativa. Comprobamos cómo Emily Dickinson posa su atención en los detalles más minúsculos o aparentemente triviales en una poesía condensada, pulidísima y llena de símbolos. Nos detenemos en el poema 666, ese en el que se va a las ínsulas volcánicas. Y, girando en torno a esos cuerpos geológicos, emisores de fuego y humo a la vez que siervos de los grandes sueños profundos de los siglos, nos deja otro poema Dickinson, el 175.
Nuestra invistada de hoy concluye que Emily es un universo vastísimo que cuenta con su propia mitología incluso o su propio vocabulario, que es lo que la hace única e irrepetible y muy difícil de imitar. Si te apetece conocer y escuchar esos dos poemas cortísimos que a Aitana Monzón le producen cierto desasosiego y algo de desazón, te invitamos a escuchar el podcast completo acompañados de dos de los poetas más jóvenes y talentosos del panorama literario español actual.
Gente despierta
Un poeta en París - Aitana Monzón revisita a Emily Dickinson
18/02/2022
19:01