En marzo de 1837, casi 8 años después de escribir su primera nota, Hector Berlioz lograba estrenar su magno Requiem, una Gran Misa de Difuntos, en un entorno incomparable: la iglesia de San Luis de los Inválidos, en París. Pese a que fue concebida para conmemorar la supervivencia del Rey Luis Felipe durante la Revolución de Julio, finalmente acogió el velatorio del general Charles Marie Denys de Damrémont. En ella, los oyentes recorrieron un viaje sonoro por tres etapas: el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, acompañados por aproximadamente 200 instrumentistas y 400 cantantes (que, en palabras del compositor, bien podrían llegar a 800 en alguna ocasión). Pero esta fórmula a gran escala no era un invento del propio Berlioz, sino que seguía la tradición de otros grandes compositores como su maestro Le Sueur, quien ya había estrenado, por ejemplo, una oda sinfónica con cuatro orquestas diferentes 30 años antes en el mismo templo capitalino. Y sobre su encargo, su origen, sus problemas con los partidarios cherubinianos y con la administración pública, su estreno, su concepción textual y sus elementos musicales se han podido escuchar las opiniones de Eva Sandoval, María del Ser, Carlos de Matesanz, David Cairns y Kristofer Sanchack. En las lecturas ha participado Amalia Pérez. La grabación seleccionada ha contado con la mítica interpretación del tenor Barry Banks, los coros de la Sinfónica y la Filarmónica de Londres, la Orquesta Sinfónica de Londres y Colin Davis a la batuta.
Gran repertorio
BERLIOZ: Requiem (Grande Messe des Morts)
18/05/2022
30:04