Pocas veces en la historia, una ópera ha sido tan censurada como Un ballo in Maschera, Un baile de máscaras, de Giuseppe Verdi. Por supuesto, en la segunda mitad del siglo XIX se vivían momentos convulsos durante el Risorgimento, la Unificación italiana, pero parecía difícil aceptar que el gran héroe nacional, Verdi, tuviese que luchar tanto contra los estamentos políticos para que aceptasen su nueva obra y evitar que la cambiasen por completo. Mientras, en Roma, la censura era más flexible y diplomática, por lo que allí pudo trabajar con una mayor libertad y mostrar al mundo su nueva forma de componer: con una gama de expresiones amplísima, un aspecto nacional, patriótico, un romanticismo ardiente y desencadenado, la búsqueda de la amistad y la unión de estilos. Era, en pequeña escala, una visión de la Italia que le rodeaba, pues, incluso, él mismo enmarcaba el sentimiento de sus compatriotas, ya que al gritar el acrónimo Viva V.E.R.D.I. también enarbolaban un Viva Vittorio Emanuele Re Di Italia. Era un mito y nada podría evitar que lograse estrenar su Baile de Máscaras, finalmente, y con un rotundo éxito, en Roma el 17 de febrero de 1859.
Y sobre su origen histórico y literario, los problemas a los que se tuvo que enfrentar, su libreto, su vocalidad y dramaturgia, sus personajes principales, el papel de la orquesta y el coro, su argumento y sus aspectos musicales se han podido escuchar las opiniones de Rafael Banús, Nicola Luisotti, Edgardo Pellegrini, José Luis Téllez y Ricardo de Cala. La grabación seleccionada ha contado con el tenor Giuseppe di Stefano como Riccardo, el barítono Tito Gobbi en el papel de Renato, la soprano Maria Callas como Amelia, la mezzo-soprano Fedora Barbieri como Ulrica, el barítono Exio Giordano como Silvano, la soprano Eugenia Ratti en el rol de Oscar, junto al Coro y la Orquesta del Teatro alla Scala de Milán, bajo la dirección de Antonino Votto.