El malogrado diestro Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, “Manolete”, engloba en su figura el éxito y la tragedia de la fiesta de los toros. Manolete triunfó en una etapa muy difícil de la historia de España: nuestra nación acababa de salir de una trágica Guerra Civil, con el mundo exterior sumido en una guerra atroz, y sometida a un duro aislamiento internacional que se prolongó durante unos años. La sociedad de aquellos años necesitaba de talentos procedentes del mundo del espectáculo que le ayudasen a pasar tan duras circunstancias aportándole ilusión, mientras la situación mejoraba. Y es en estas circunstancias cuando surge un talento excepcional en el arte de la tauromaquia, tradicionalmente muy apreciado por los públicos de España y de algunos países hispanoamericanos: Manolete. Su trágica muerte, a los 30 años recién cumplidos, en la plaza de Linares, cuando entraba a matar al toro, le aportó de un aura de celebridad, de héroe, que aún le acompaña. Las fotografías que nos llegan de él nos dan idea de un hombre reflexivo, muy serio, reservado, enigmático. Incluso el nombre del toro que le dio muerte, Islero, es aún evocado hasta por quienes no son aficionados a la fiesta taurina. La tragedia y la grandeza se entremezclan en Manolete, mito del toreo y referente de una época.
Hablemos de Historia en RTVE
Manolete, la sinfonía inacabada
18/07/2024
26:03