Hace unas semanas dedicábamos un programa a la figura del rey Salomón. Entonces nos comprometimos a dedicar otro a la figura que aparece frecuentemente asociada al rey judío. Se trata de la Reina de Saba, un personaje que forma parte más de la leyenda que de la historia propiamente, pero que ha dado lugar a diferentes obras que hoy podremos escuchar aquí, en Historia y música.
El personaje de la Reina de Saba aparece en varias tradiciones culturales: lo menciona la Biblia en su antiguo testamento, lo nombra la tradición etíope y aparece en el Corán. Es uno de esos personajes que bien pudieran haber existido, dada la diversidad de fuentes que lo citan y que, por las mismas razones que pudiera haber existido realmente pudiera no haberlo hecho. En todo caso, la tradición de una reina inmensamente rica que llega a Jerusalén a ofrecer riquísimos presentes a Salomón ha pervivido a lo largo de los siglos y, aunque no sea más que por esto, es merecedora de nuestra atención. De la nuestra y de muchos otros, que han pintado cuadros, escrito poemas, filmado películas y compuesto músicas basadas en tan fastuoso personaje. Un personaje del que, por no saber, no sabemos siquiera con certeza el lugar en el que se encontraba su reino. Lo que sí sabemos con certeza es que una de las obras musicales más famosas es la que Haendel, en su oratorio Salomón dedicó a la espectacular llegada de la riquísima reina a la ciudad de Jerusalén. Esta es, probablemente una de las llegadas más fastuosas de todos los tiempos, si atendemos a la tradición. Para ilustrar este admirable acontecimiento, Haendel compuso esta no menos admirable música.