Regresamos a Nueva York para contar el devenir de los cafés del barrio más cool y bohemio de Manhattan, el Greenwich Village. Allí, alrededor de la plaza de Washington Square, vivían las familias patricias neoyorkinas a finales del siglo XIX, la novela homónima de Henry James, adaptada al teatro y varias veces al cine (La Heredera, 1949, de William Wyler, por ejemplo), disecciona aquel ambiente de clase alta.
En el siglo XX dramaturgos como Eugene O’Neill o activistas como el periodista John Reed, refrendaron el carácter intelectual y artístico de aquellas calles de ladrillos rojos.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el Village se convirtió en lugar de asentamiento multitud de artistas del teatro, la música, la performance o el cine, y también de la literatura con la irrupción de la Beat Generation. Jack Kerouac, Allen Ginsberg y William S. Burroughs, los tres principales autores de la generación Beat, fueron vecinos de la zona.
Acogió además a las grandes voces e instrumentistas del jazz de los años 40 y 50, y también a gran número de artistas del ambiente folk de los 60 y 70, desde Bob Dylan a Miles Davis, pasando por Barbra Streisand.
Los nombres de aquellas célebres figuras de la música que acudieron al Village ocuparían varios párrafos. Cafés como el Wah?, la taberna White Horse, el Chelsea Hotel o el Marlton, todavía abren sus puertas a los visitantes ocasionales en la actualidad.
La sección Mesa Reservada nos brinda la oportunidad de sentarnos con Francisco Umbral, quien, en el Café Gijón, coincidía con el representante español de la Beat Generation: el poeta de Viveiro, Carlos Oroza, cuyo centenario de nacimiento se celebra este año.
Músicas de Vincenzo Bellini, Marc Blitzstein, Bob Dylan, los hermanos Gershwin, Elmore James, Rodgers y Hammerstein y una oración hindú tradicional configuran nuestra propuesta.