El actor californiano Farley Granger aceptó rodar con Luchino Visconti en Italia cuando supo que los diálogos de Senso correrían a cargo de Tennessee Williams y Paul Bowles. Compartió con ellos una cena de bienvenida en una trattoria del Trastevere, en Roma. Partió de vacaciones hacia Capri pasando por Nápoles. Tras regresar a Roma, se dirigió a Venecia para rodar las escenas de Senso que Visconti situó en el teatro de ópera La Fenice durante una representación de Il Trovatore de Giuseppe Verdi en 1866.
La vida social en Venecia era un tobogán de eventos en aquellos meses de 1953: La Biennale di Venezia, la Gran Regata, el Baile y la Copa Volpi, y los encuentros con la coleccionista Peggy Gugemheim en su palazzo, con Marlon Brando o Estella Adler en los hoteles.
Franco Zeffirelli invitó a Farley a una cena privada que organizaba el gremio de gondoleros veneciano. Allí Granger pudo degustar los platos típicos de la cocina del véneto y escuchar los cantos de aquellos hombres que interpretaron arias de Rigoletto y de La Boheme. Mientras, Visconti seguía enfrascado en sus proyectos, que pronto le llevarían a trabajar con María Callas en el Teatro alla Scala de Milán.
Músicas realizadas por Giuseppe Verdi, Pink Martini, Gioachino Rossini, Umberto Bindi o Giacomo Puccini, entre otros autores, en las interpretaciones de María Callas, Renato Carosone, Mina, Alfredo Kraus, Victoria de los Ángeles, Renata Scotto, o Vittorio Grigolo, entre otros artistas de renombre internacional.