Antonio Orejudo parte en ¿Los cinco y yo¿ de su infancia, para ¿pasar revista¿ a su generación, la que entró en la adolescencia al tiempo que España hacía su Transición. Una generación, dice, que no supo plantar cara a la anterior.
Antonio Orejudo parte en “Los cinco y yo” de su infancia, para “pasar revista” a su generación, la que entró en la adolescencia al tiempo que España hacía su Transición. Una generación, dice, que no supo plantar cara a la anterior, ni social ni literariamente.
Entrevista de Manuel Pedraz a Antonio Orejudo, para el programa Historias de papel, sobre “Los cinco y yo” (Tusquets), novela en la que “pasa lista” y revista a su generación, la que entró en la adolescencia al tiempo que el país hacía su Transición. Lo hace a través de dos personajes, Toni y Reig, que podrían corresponderse con él mismo y su amigo Rafael Reig, que no se muestran muy complacientes, ni social ni literariamente, con una generación que, según Orejudo, no supo plantar cara a la anterior, la de sus hermanos mayores, la que protagonizó políticamente la Transición. La novela, como todas las suyas, está cargada de ironía, sentido del humor y, en ocasiones, bastante ácida y crítica. La referencia en torno a la que pivota la historia es la serie “Los cinco”, de Enid Blyton, que fue el “harry potter” de los adolescentes de la época. Jugando con la realidad y la ficción, Antonio Orejudo, convertido en su propio personaje, consigue lo que deseó leyendo los libros de Enid Blyton: formar parte de la pandilla.
unas inquietantes dotes premonitorias al describir a un presidente que se comunica con sus electores por Twitter o a un partido denominado Lloremos.