Segunda entrega de las memorias de Nazario. En "Sevilla y la Casita de las Pirañas" se centra en los años 60, cuando tras acabar Magisterio abandona su pueblo para empezar a dar clase y buscar su identidad sexual.
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Entrevista de Manuel Pedraz a Nazario, para el programa Historias de papel, sobre “Sevilla y la Casita de las Pirañas” (Anagrama), la segunda entrega de sus memorias. Tras finalizar Magisterio, Nazario abandona su pueblo para empezar a dar clase en Morón de la Frontera, donde conoce a Diego del Gastor y su círculo más cercano. Son años en los que intenta aprender a tocar la guitarra flamenca y va mostrando una identidad sexual, que en su pueblo tenía que mantener oculta.
El libro dedica varios capítulos a los “amores” de Nazario con la guitarra flamenca, que aprendió a tocar con el gran Diego del Gastor y que incluso llegó a debutar en los escenarios en una delirante actuación en una discoteca de Ibiza acompañando al bailaor del Puerto de Santa María Azonzoni. En el libro relata sus primeras escapadas al Torremolinos de los años 60 y sus primeros amores. Por un novio noruego, en un viaje a Granada y Almería, decidió salir del armario ante su círculo más íntimo de amigos.