Las campanas son símbolos encarnados,
esculpen nuestros recuerdos,
preservan del olvido,
las campanas encierran un territorio,
señalan un paisaje,
marcan sus ritmos cotidianos.
No oímos un bronce golpeado,
son nuEstros recuerdos que resuenan.
En este inicio de año nos acompaña nuestro amigo Ricardo Atienza, para escuchar la voz de las campanas con su timbre fascinante e intrigante hecho de múltiples frecuencias en fricción. Ricardo Atienza nos comparte grabaciones in situ, junto con deconstrucciones espectrales y recomposiciones, así como transcripciones para distintos instrumentos muestreados. Todo surge del sonido de las tres campanas principales de la iglesia alemana del casco antiguo de Estocolmo, tres notables instrumentos construidos en Dresde en la década de 1880 después de que un incendio destruyera el campanario en 1878. Cada una de ellas presenta una estructura armónica sutil y compleja, específicamente afinada para resonar entre sí. En 2020, una instalación sonora en los jardines de la iglesia alemana permitió compartir los primeros resultados de este proyecto en el marco del Festival de Música Antigua de Estocolmo.
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