«El oído, ese órgano del miedo, sólo alcanzó tanta grandeza en la noche y en la penumbra de las cavernas oscuras y de las selvas, tan de acuerdo con el modo de vivir de la era del deseo. En la claridad del día, el oído es menos necesario. Fue así que la música adquirió el carácter del arte de la noche y de la penumbra». EN este aforismo Nietzsche, presenta la noche como una experiencia fundamental para la música y, podemos añadir, para la escucha en general. El mundo de los sonidos, nos invita a volvernos hacia dentro, hacia lo escondido; hacia el interior de uno mismo , a través de lo cual, la mente ejercita sus propias imágenes. En nuestro programa vamos a mostrar como diversos autores se han visto atrapados por la atmósfera nocturna en diferentes modos y han tratado de reflejarla en la partitura Vamos en este programa a recoger algunas de estas músicas nocturnas .
La casa del sonido
La casa del sonido - 31/12/10
31/12/2010
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