La música electroacústica en España y la situación de su panorama en la actualidad constituyó el eje principal del programa de hace dos semanas, cuya línea continuamos trazando hoy para seguir indagando en las cuestiones estéticas, teóricas, prácticas... que hoy en día se ponen o se están poniendo en marcha en la creación electroacústica y experimental. Para ello contamos con la colaboración de Anne-Françoise Raskin y Alberto García Aznar, ambos miembros de la junta directiva de la AMEE (Asociación de Música Electroacústica y Arte Sonoro de España), quienes nos mostrarán una serie de propuestas que, ligadas al contexto y las actividades de la asociación, permiten pensar en diferentes formas desde las que abordar la actualidad de las mencionadas prácticas artísticas. Nos propondrán, concretamente, dos vías desde las que llevar a cabo tal lectura: por un lado, la hibridación de la creación electroacústica con otras disciplinas artísticas u otros estilos musicales; por otro, la creación electroacústica emprendida por artistas jóvenes.
Uno de los diálogos más sugerentes entre la electroacústica y otras disciplinas artísticas es el que esta ha establecido con el cine. Eduardo Polonio, uno de los pioneros de la música electroacústica y electrónica en España, ya trabajó componiendo la banda sonora de varias películas de Javier Aguirre entre los años 60 y 70. Hoy seguimos encontrando interesantes ejemplos de esta relación con propuestas como las recientemente co-organizadas por la AMEE y Filmadrid Festival Internacional de Cine en el ciclo “El Ojo Escucha (Preludio)” (https://bit.ly/2JR3Xqc), así como con las obras que conformaron el programa “Actúe con naturalidad. Hacia el arte sonoro desde el cine experimental” durante su XXV Festival Punto de Encuentro (2018) en BilbaoArte Fundazioa (https://bilbaoarte.org/actividades/proyecciones-y-coloquio-actue-con-naturalidad-hacia-el-arte-sonoro-desde-el-cine-experimental-en-colaboracion-con-la-amee/). A propósito de esta línea estética y creativa suena la pieza “Razor Edge”, de la artista y diseñadora gráfica Susan Drone (https://soundcloud.com/suloca1), quien integra con frecuencia el componente audiovisual en sus conciertos mediante luces, proyecciones, vídeo experimental, etc..
Otra de las manifestaciones de estos diálogos interdisciplinares es la relación que la música electroacústica ha establecido y establece con el flamenco. De nuevo, se trata de una relación con años de historia a sus espaldas, pero que también está siendo pensada por parte de los artistas más jóvenes. Así se vio en el programa “De arte sonoro y algunos palos” (https://bit.ly/2V3h11I ) organizado por la AMEE en el marco del festival Flamenco Madrid 2019. En él convivieron piezas de compositores con una práctica ya asentada con otras de compositores más jóvenes, siempre con el acercamiento al flamenco desde el arte sonoro o la música experimental como eje vertebrador. La obra “Zambra 44.1” del compositor Adolfo Núñez, de la que sonará un fragmento, nos aproxima a estas relaciones en el que fue una producción de esta casa, Radio Clásica, en el año 1994.
La revisión del flamenco, sus tradiciones y sus figuras forma parte también del interés creativo de Adrián Crespo Barba (https://www.acrespobarba.com/), un artista que, por su juventud, nos conecta directamente con el segundo eje del programa. Su “Cántico IV: Saeta por una seguriya jerezana” abre un espacio para reflexionar acerca de cómo muchos jóvenes, además de acercarse a otras disciplinas creativas en su trabajo (vídeo, danza, moda...), están revisando críticamente buena parte de las manifestaciones culturales que les son o les han sido más próximas durante su desarrollo. La obra que le sucede, “Bardenas” de Merche Blasco (https://half-half.es/), prosigue esa línea, incitándonos a pensar en la revisión por parte de creadores jóvenes de la idea (o de su idea) de territorio, normalmente en una estrecha conexión con su infancia.