Primera noche en prisión para el presunto asesino del pequeño de Lardero. El Juzgado de Instrucción número dos de Logroño ha decidido que entre en prisión provisional comunicada sin fianza, tras acogerse a su derecho a no declarar ante el juez. Al abandonar los calabozos en un coche de la Guardia Civil, Francisco Javier Almeida recibía los gritos de algunos vecinos.
Precisamente, en Logroño, el ministro del interior Fernando Grande Marlaska mostraba su solidaridad con la familia, aseguraba que cuando se producen hechos de esta naturaleza se analizan todas las circunstancias y decisiones. En este caso -afirmaba- las instituciones actuaron conforme a derecho. Pedía a los partidos de la oposición que no hagan política con este suceso, en contestación a Cuca Gamarra que el pasado sábado cuestionaba la concesión del tercer grado penitenciario al supuesto culpable.
Hace 365 días, La Rioja vivía uno de los peores momentos de la pandemia con una incidencia acumulada a 14 días que rozaba los 700 casos por cada cien mil habitantes. Algunos municipios, incluso, superaban esa cifra. Por eso, el gobierno regional decretó el confinamiento perimetral de las ciudades de Arnedo y Logroño, las más afectadas en ese momento, y también el cierre de su actividad no esencial, como bares y comercios. Esta decisión fue el comienzo de unas semanas muy duras que, incluso, en la capital riojana desembocaron en los disturbios que hace poco se han juzgado en la Audiencia Provincial. Pero ahora, un año después de ese cierre de Arnedo y Logroño, las cosas son muy diferentes. Los números de la pandemia no tienen nada que ver.