Estoy en el extremo noroeste de Uzbekistán, cerca de la frontera con Kazajistán. El pueblo se llama Nukus, un arrabal feo, reseco y antipático en mitad de la nada. Sin embargo vale la pena visitar la población y quedarse unos días porque aquí se puede encontrar una auténtica joya escondida que es además un gran testimonio de valentía personal: El Museo Savitsky. Fundado en 1966, reúne más de 90.000 piezas. Ubicado en un edificio cuadriculado, de ángulos muy rectos y precisos. Delante hay una descuidada plaza donde prácticamente no crece ninguna vegetación. Traspaso las puertas y encuentro que el interior es limpio y el ambiente fresco. En un panel se ven fotografías de todas las altas personalidades del mundo entero que han venido a visitar este lugar. Descubro a Miterrand y a Bono, el cantante de U2, pero no consigo identificar a ningún personaje español. ¿Qué puede justificar que un presidente de la República Francesa o una estrella del rock vengan hasta este erial en mitad de un erial?
La vuelta al mundo con Miquel Silvestre
Museo Savistsky
01/04/2018
08:24