Recordad que en el episodio anterior habíamos llegado a Etiopía y que tras llegar a Gondar nos dirigíamos a Gorgora, a orilla del lago Tana, lugar de enterramiento de Páez.
Casi he logrado mi objetivo al venir a África: visitar la tumba de Páez para rendir mi particular homenaje a tan excepcional español.
Sin embargo, llegar a Gorgora no va a resultar fácil, empieza a caer un auténtico diluvio. El terreno se convierte en una resbaladiza pista de patinaje, me detengo en mitad del camino pero no tengo refugio posible. Entonces aparece un crío de no más de ocho años, descalzo y con un plástico sobre la cabeza a modo de chubasquero, me indica que le siga. Dejo la moto en el sendero y camino tras él saltando por encima de los charcos y llego a su cabaña donde me refugio hasta que el aguacero amaina..