“Si pinto ruinas, lo hago porque son bellas, no porque son ruinas”, Stig Dagerman.
"El mundo atrás” es una pieza de danza y teatro físico que trata de un éxodo, del viaje interior y exterior del que se siente desplazado, de lo que se lleva consigo, de lo que carga, de lo que deja atrás, de lo que permanece. La historia la cuentan cuerpos en tránsito, en vuelo o caída, si existe algún final; almas que se equilibran entre dos mundos, uno que agoniza y otro que lucha por nacer, seres que se levantan una y otra vez para volver a empezar. Un camino sin certezas, pero que representa el triunfo de la esperanza sobre el miedo, allí donde nuestras huellas se entremezclan con las de quienes nos precedieron, dejando atrás viejos refugios, esos falsos santuarios que construimos para protegernos y que se transformaron en una prisión, en busca del horizonte, de una ilusión, de una vaga idea de libertad.