Documentos RNE se detiene en uno de los mitos más potentes del imaginario colectivo de Estados Unidos y que exportó por todo el mundo con enorme éxito. La leyenda de Buffalo Bill hunde sus raíces en el salvaje oeste, pero también en la imaginación desbordante de su fuerte espíritu fabulador.
Buffalo Bill, cuyo nombre real fue William Frederick Cody, pasó su juventud en las grandes praderas del medio oeste. Gracias a sus habilidades como jinete y tirador fue cazador de bisontes para el ferrocarril, y aprovechó su conocimiento del territorio y de las costumbres de los indios como explorador del ejército. Participó activamente en las guerras indias y buscó fortuna a fuego junto a personajes tan turbios como Wild Bill Hickok. Pero Cody trascendió con mucho su condición de hombre de las praderas.
Su vida cambió cuando el escritor Ned Buntline le eligió como figura literaria para sus exitosos folletines sobre Buffalo Bill. Cody decidió confundirse con su personaje de ficción, primero en el teatro y después en su propio circo. Creó para su Buffalo Bill’s Wild West un relato mítico de aventuras del salvaje oeste.
Buffalo Bill fue, en buena medida, el inventor del western, pero no solo eso, también forjó una identidad nacional para un país en proceso de construcción. Muchas de las claves del espíritu nacional de Estados Unidos surgen de la puesta en escena de su circo, lugar de refugio de figuras legendarias como el gran jefe sioux Toro Sentado o la extraordinaria tiradora Annie Oakley.
Su tremendo éxito le llevó a cruzar el océano para ser aclamado en Londres, París, Roma o Barcelona. Allí donde plantaba su carpa sonaba la marcha The Star Spangled Banner, que terminaría convertida en el himno de Estados Unidos años después de su muerte.