El 9 de marzo de 1966 cuatrocientos cincuenta representantes de los estudiantes de la Universidad de Barcelona se congregaron clandestinamente en el convento de los Capuchinos de Sarriá para constituir oficialmente el Sindicato Democrático de la Universidad de Barcelona (SDEUB). El encuentro, que no hubiese durado más de hora, se convirtió en un encierro de casi tres días por la intervención de la Policía franquista, que cercó un recinto religioso al que no podía acceder sin autorización eclesiástica según el Concordato entre la Santa Sede y el Estado español.
En la llamada Capuchinada, además participaron como invitados una treintena de intelectuales y profesores universitarios, entre los que cabe destacar a Salvador Espriu, Carlos Barral, Joan Oliver, Maria Aurèlia Capmani, José Agustín Goytisolo y Jordi Rubió, el represaliado ex director de la Biblioteca de Cataluña, que presidió el acto.
La Brigada Político- Social de Barcelona trató de expulsar a los estudiantes del convento. Sin embargo, las condiciones que puso la Policía franquista (registro y entrega de la documentación) no fueron aceptadas por los participantes.
Ante esa situación, los monjes capuchinos pusieron en práctica uno de sus preceptos más relevantes: la acogida. La hizo posible el provincial de esa orden en Cataluña, Joan Botam, que protegió a los asistentes como huéspedes.
Tras dos días de negociaciones, desde el palacio de El Pardo de Madrid se dio la orden de desalojar el convento haciendo caso omiso al Concordato. Concluía así La Capuchinada, un acontecimiento que marcó sin retorno al movimiento estudiantil español, ya que el SDEUB fue el primer sindicato democrático constituido durante el franquismo.