Al comenzar el 11 de enero de 1933, la asamblea de afiliados a la CNT en la localidad gaditana de Casas Viejas decidió levantarse contra el poder establecido y proclamar el comunismo libertario en el contexto de una huelga general revolucionaria que debía estallar en toda España. Se iniciaba así una cadena de acontecimientos trágicos que culminó con el sitio e incendio de la choza del carbonero Francisco Cruz Gutiérrez, conocido como Seisdedos, y el posterior fusilamiento indiscriminado ordenado por el capitán de la Guardia de Asalto Manuel Rojas, tras realizar una razia por las calles del pueblo.
El funesto balance alcanzó los 25 muertos: dos guardias civiles, un guardia de asalto y 22 campesinos, de los que sólo cinco habían participado en la insurrección.
Durante décadas, lo ocurrido permaneció envuelto en una maraña de tergiversaciones, manipulaciones, mentiras y medias verdades. Porque Casas Viejas se convirtió en un arma contra el gobierno republicano-socialista presidido por Manuel Azaña.
En este documental, con la firma de Luis Zaragoza, hemos contado con los valiosos testimonios de los principales anarquistas implicados, gracias a la grabación que en los años sesenta y setenta grabó el antropólogo norteamericano Jerome Mintz, que consiguió que le explicasen lo que realmente había sucedido. Su libro Los anarquistas de Casas Viejas, consiguió destruir buena parte de los errores que habían pervivido durante medio siglo. No obstante, algunos puntos siguen siendo aún hoy controvertidos, como se puede escuchar en el programa, sobre todo el que tiene que ver con la responsabilidad real de Azaña y su gobierno en la represión hacia los campesinos.
Para comprender lo que allí ocurrió, hay que encuadrar lo hechos en las condiciones miserables en que se encontraba el campo andaluz: la situación injusta en que vivían los jornaleros y su anhelo por la posesión de la tierra; la fuerza que adquirió el anarcosindicalismo en esos campesinos y las esperanzas de cambios depositadas en la Segunda República. A ello habría que añadir la delicada situación derivada de la falta de fidelidad de las fuerzas de orden público hacia las autoridades republicanas.