En 2022, tras dos años de parón, San Fermín recupera su actividad festiva y Documentos RNE aprovecha para sumergirse en su universal espíritu.
San Fermín, pasión en blanco y rojo, con la firma de Ignacio Leache, recorre sus momentos y ambientes más característicos, profundiza en sus orígenes e historia, y penetra en su desbordante espíritu festivo.
Una sinfonía en blanco y rojo invade Pamplona entre el 6 y el 14 de julio y hace que su población se multiplique por siete en estas fechas. La efervescencia de la fiesta, unida a un poderoso sentimiento de alegría por vivir, inunda todos los rincones de la ciudad y se extiende a lo largo de sus 204 horas de diversión ininterrumpida.
Un sentimiento universal que genera una de sus señas más genuinas: la unidad. Todo el mundo puede disfrutar por igual sin distinción de género, edad, creencias o clase social. Más allá del programa institucional, los Sanfermines surgen desde abajo. Su escenario principal es la calle y esto determina su amplio carácter social.
El origen de San Fermín es religioso, pero, con el paso del tiempo, ha ido integrando elementos profanos hasta llegar a ser lo que hoy es. Una fiesta en la que domina la idea de hermandad y que ha resultado determinante en la identidad de la ciudad y sus habitantes y de toda Navarra. Un sentimiento que ha dado la vuelta al mundo y que se mantiene como un potente reclamo para visitantes de dentro y de fuera de España.
Documentos RNE muestra los sonidos auténticos de la fiesta y de sus protagonistas. Cómo El Chupinazo explota en los corazones de toda la gente congregada en la Plaza del Ayuntamiento; qué pasa por la cabeza de un corredor de sus muldialmente famosos encierros que está a punto de jugarse la vida delante de las astas de los toros a cambio de nada, por un puro impulso emocional; qué les mueve a las peñas a compartir todo, comida, bebida y alegría; cómo se siente un músico de la banda municipal de La Pamplonesa o de las diversas txarangas que acompañan a los actos festivos; o cómo es posible que un cuerpo pueda aguantar tanta diversión continuada hasta que llega el Pobre de mí.