Hace 10 años, miles de jóvenes acudían a las concentraciones convocadas por Democracia Real Ya en la Puerta del Sol y daba sus primeros pasos el movimiento del 15M que ayudó a cambiar el sistema de partidos políticos e introdujo en la agenda algunos asuntos de los que antes no se hablaba en este país. En Las mañanas de RNE hablamos con dos exportavoces de esta plataforma, Carlos Paredes, presidente de la Asociación Ecopolítica, y Pablo Gallego, profesor del Instituto Superior para el Desarollo de Internet.
Según el primero, un movimiento parecido ahora "no sería posible por el momento de crispacion que vivimos. Sería muy difícil que se diera un movimiento de protesta como ese de manera pacífica, y si no es pacífico, no es 15M". Ambos coinciden en que hay cosas que aún quedan de aquellas protestas, como el sistema de primarias de los partidos o la llamada Ley Mordaza, que afirma Paredes que se creó porque "fuimos tan legales que tuvieron que inventarse una Ley Mordaza para contenernos". Pero que quedan problemas sin resolver como la participación ciudadana en la política. "La gente está cansada", señala Gallego, mientras Paredes critica que "la democracia representativa cada vez parece que representa menos". Muchos movimientos internacionales, en cambio, bebieron de este acontecimiento, destaca Carlos Paredes, que llevaron por ejemplo a políticas más progresistas en EEUU por Movimiento Occupy Wall Street.
Los jóvenes fueron una parte importante de este movimiento social. Protestaban contra problemas que aún perduran como la precariedad laboral o el elevado paro juvenil. Lo critica Martina Di Paula, activista de Fridays For Future y Elena Ruiz Cebrián, presidenta del Consejo de la Juventud de España. Durante la pandemia además, señalan los cuatro invitados, la juventud ha sido objeto de críticas. Según Di Paula, el 15M ha dejado un poso en los jóvenes porque ha invitado a "recuperar la esperanza en las manifestaciones y la fuerza de la unión", a pesar de que el formato ha cambiado ahora con las Redes Sociales. Muchos movimientos actuales beben de la misma esencia, afirma, como es el caso de Juventud por el Clima, al que pertenece.