Joaquín Leyva, portavoz ACAIP-UGT, insiste en la difícil situación que atraviesan las prisiones en España: "Se olvida el tratamiento personalizado al interno"
Los funcionarios de prisiones se concentrarán hoy a las puertas del Palau de la Generalitat para exigir una reunión con el president Aragonès. Las concentraciones se dan una semana después del asesinado de Nuria, una cocinera de la prisión de Tarragona a manos de un preso. En Las Mañanas de RNE hablamos con Joaquín Leyva, portavoz ACAIP-UGT, (Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias): “Ha ocurrido en Cataluña como podría haber ocurrido en cualquier prisión del Estado”.
Hablamos sobre la situación de las cárceles en nuestro país, en las que la violencia ha aumentado estos últimos años pese a tener menos población reclusa: “Tanto en el 2022 como en 2023, hemos tenido los años de mayor agresividad. Tanto hacia los trabajadores como entre los propios internos", cuenta Leyva, y añade que esto se debe a que “tenemos una política que atiende demasiado al maquillaje estadístico y que olvida un tratamiento personalizado hacia los internos [...] No tenemos una clasificación interior acorde realmente a la conflictividad y a la peligrosidad de los internos”. Leyva insiste en la importancia del "tratamiento individual" del preso.
El portavoz de ACAIP-UGT apunta que el 15% de la población reclusa provoca el 90% de los incidentes: “Esto que ha ocurrido es una línea roja que se ha traspasado y debe suponer un punto de inflexión para que se tomen realmente en serio, las medidas jurídicas y que los trabajadores penitenciarios seamos considerados agentes de la autoridad”.
Joaquín Leyva también denuncia el déficit de médicos en las prisiones y el número de internos por celda: "Las estadísticas de la propia Secretaría General de Instituciones Penitenciarias marca como normal que haya dos internos por celda cuando la ley dice expresamente que debe haber uno y excepcionalmente dos. Tenemos módulos con 72 celdas y con 130 o 140 internos. Evidentemente, el hacinamiento también provoca conflictividad. Así son imposibles las labores de reeducación y reinserción".