Hace 20 años, un día como hoy, sucedió uno de los mayores desastres ecológicos de Europa: el Prestige, un petrolero cargado con 77.033 toneladas de fuel, naufragó contra las costas gallegas. José Vilela, pescador de pulpo y marisco en Muxía desde hace 31 años, se enteró de la tragedia mientras vendía pescado con su padre. "El olor era insoportable, era como si el mar fuese una gasolinera", explica José, pero asegura que no se imaginaban el alcance que tendría esta catástrofe.
Olga Sendón, percebeira, vivía en O Coído, considerada la 'zona cero' del vertido: "Nos levamos de la cama y la primera impresión era que teníamos un escape de gas butano en casa. Después llegamos a la cocina y vimos que estaba todo perfecto", nos cuenta. Los pescadores tuvieron que cambiaron sus jornadas en el mar por la limpieza intensiva, aunque no tenían mascarillas, guantes ni medios para hacerlo. Recuerdan que el ánimo era agotador. "Mi marido estaba triste, no veía futuro, no sabíamos cómo ibamos a pasar las navidades", recuerda Olga, que cree que una tragedia así podría volver a ocurrir.