Se cumplen 50 años del trágico accidente aéreo en el que 45 jugadores de un equipo de rugby quedaron atrapados en la cordillera de los Andes sin agua, alimentos y a 30 grados bajo cero. Entonces, solo sobrevivieron 16 pasajeros y hoy hemos podido hablar en Las Mañanas de RNE con uno de ellos, con Roberto Canessa. Ahora, con 69 años, cuenta que ve desde la distancia lo ocurrido como "una experiencia del comportamiento humano impresionante", ordenada por "una mano maldita". Además, se dice "agradecido" por poder tener la oportunidad que no tuvieron sus amigos tras un suceso que le "bajó las ambiciones".
Él, junto a su compañero Nando Parrado, atravesó la montaña hasta llegar a los valles de Chile en el que habitaban personas, un reto más a lo que ya tenían. Dice de la montaña que era un elemento: "indiferente, inmutable, de una belleza órganica y que se reía de nosotros y de nuestras pobres ilusiones". Y que en esos 72 días lo que les motivó fue el humor, sobre todo el de Carlos Paez, que se encargaba de "poner la meta en el horizonte". Para hablar de su descenso, de la salida de la montaña, se refiere a una transición "de la sociedad de la nieve a la sociedad del llano", un paso a una sociedad que, como señala, "no tenía ningún derecho" a juzgarles por haber tenido que alimentarse de la carne de sus compañeros muertos. Una realidad que tuvieron que afrontar y que superar a pesar de que las familias no llegaron a entenderles.