Se cumplen 20 años de la catástrofe del Prestige y para recordarlo hemos hablado con algunos de quienes lo vivieron más de cerca. Javier Sar era patrón mayor de la Confradía de Pescadores de Muxía cuando sucedió la tragedia y cuenta cómo se les vino la mancha de chapapote encima cuando salieron a faenar en la mañana del 13 de noviembre: “La tarde noche de antes escuchamos que había problemas con un barco, pero eso era algo normal”, recuerda. Nacho Castro, secretario y gerente de la Cofradía, fue uno de los creadores de la Marea Blanca. Cuenta que, bajo el mandato de Javier, se encargó de organizar la búsqueda de voluntarios: “Empecé a enviar correos masivos a las universidades españolas”, explica, y cuenta que en seguida se presentaron allí grupos de voluntarios: “Vino gente de todo el mundo (…) llegaron australianos y chinos con el correo que yo había mandado”, indica.
Una de estas voluntarias fue precisamente Soledad Méndez, que ahora es mariscadora y percebeira. Explica que, a pesar de que el descanso de un año dejó como resultado mayores cantidades de pescado y marisco, fueron muchas las especies que no lograron sobrevivir e incluso grupos de mariscadoras enteros que perdieron su trabajo por esta desaparición.
Xurso Lobato, fotoperiodista, también vivió estos momentos muy de cerca, aunque en su caso detrás de una cámara. Lo recuerda como un acontecimiento trágico, pero “único” profesionalmente y es que, como indica, Galicia se convirtió en el “punto cero de la noticia ecológica” al que acudieron fotógrafos de prestigio de todo el mundo: “Sabía que estaba documentando algo que iba a tener trascendencia”, señala.
A día de hoy la imagen del Prestige hundiéndose y las playas llenas de chapapote han quedado marcadas en la retina de todos los que lo vivieron y, los que no, lo hacen ahora por boca de sus mayores, como Fran, un alumno del IES Ramón Camaño de Muxía a quien su familia ha contado el miedo que tenían a que esa mancha negra no se fuera nunca de la costa. Su profesor David, también trabaja por informarles de ese acontecimiento que, dice, recuerda haber vivido con "mucha impotencia".