En España hay ejemplos de Comunidades Autónomas que están gestionando mejor la pandemia en sus territorios. Es el caso de Asturias o la Comunidad Valeciana. En Las Mañanas de RNE con Íñigo Alfonso hablamos con Rafael Cofiño, director General de Salud Pública de Asturias; y Ofelia Gimeno, directora General de Salud Pública de la Comunidad Valenciana.
Ambos técnicos coinciden en que para medir la incidencia en una comunidad, no sólo hay que fijarse en los datos acumulados sino también en otros factores como la letalidad, el porcentaje de camas ocupadas por pacientes o la capacidad de las UCI. Es decir, tratar de realizar un examen tanto cuantitativo como cualitativo de la pandemia. No se pueden dejar atrás tampoco factores como el contexto de la sociedad: "No es solo tan importante la COVID-19 como la sociedad en la que está pasando", afirma Rafael Cofiño. La densidad de población de la zona y las capacidades de sus habitantes son también importantes a la hora de tomar decisiones.
En el caso de Madrid, afirman ambos directores, la situación es preocupante porque hay mucha densidad y movilidad, y eso puede afectar a otras autonomías. En algunos lugares se hace complicado realizar un aislamiento domiciliario de manera correcta, sin poner en riesgo a los convivientes. Los dos señalan que la toma de decisiones es política pero también técnica, ambas opiniones deben estar en equilibrio, no hay que descargar toda la responsabilidad sobre los técnicos. Sobre Madrid, dice Gimeno, no se entiende la decisión judicial de "tumbar" las medidas de Sanidad. Cofiño señala que la ola que se está produciendo en la región puede "desequilibrar" los datos de otras comunidades. En zonas rurales, señala Ofelia Gimeno, es más fácil controlar la situación precisamente por todo lo contrario: menos densidad de población, contactos sociales más limitados y poca movilidad de los vecinos, además de que los mensajes desde los ayuntamientos pequeños "calan más hondo" entre la población por su cercanía.
En cuanto al tipo de confinamiento, afirman los dos que el perimetral es el más efectivo porque es más sencillo y más fácil de entender en términos de salud pública, porque en determinadas zonas puede no tener sentido. En el caso de Asturias, señala Cofiño, se plantea el término "burbuja social" que plantea un máximo de contactos estrechos (aquellos con los que se tiene contacto a menos de 2 metros durante más de 15 minutos sin medidas de protección) para evitar el riesgo de contagios. Con el resto habría que tomar medidas de protección.